Camellitos de madera que trajo mi abuela Felisa de Siria
Del libro NUNCA ES TARDE.
Cuento Pan dulce.
"Enamorada, ella accedió a casarse y vino a Córdoba con escasos quince años. Una adolescente, casi niña, comprometida con una premeditada y repentina adultez.
Viajó sola. Con su maleta y ajuar nuevos. Trajo consigo sus juguetes favoritos de infancia: tres camellitos de madera ordenados en fila por una cadenita dorada, quienes desconcertados la acompañaron en la travesía de dejar a su familia para no regresar nunca más a casa.
Navegó un mes y medio sin otro consuelo que la ilusión de un romance y un matrimonio feliz."
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